miércoles, 22 de febrero de 2012

Observando el nuevo barrio.

Escribo desde mi nuevo entorno;nueva ciudad,nuevo barrio,nueva casa y nueva manera de ver lo que me rodea .Si bien he sido siempre muy observadora , no suelo hablar de lo que sucede a mi alrededor ,pero hay ocasiones en que lo real supera a la ficción de manera descarnada y en donde la desigualdad te cala el corazón .
 LLevo dos semanas y algo más en mi nuevo hogar,y al pasar a diario por una pequeña plazoleta en donde mujeres de experimentada edad pasean a sus perros pequeños ,nanas elegantemente vestidas de azul orean a pequeños bebés víctimas inocentes del encierro,veo también a una mujer que debe bordear los 70 años.Ella , que al llegar, vestida con harapos , abre una tapa de conductos eléctricos y pone y saca lo que son sus pertenencias , una frazada , bolsas con restos de comida ,y una botella plástica desde la cual ,le da agua a un perro pequeño que la acompaña.
La escena es triste, desgarradora por decir lo menos,pero , ¿cómo llegan un grupo de mujeres de la misma edad a compartir ese espacio con tantas diferencias entre sí?
¿Qué pensará la mujer indigente de sus pares bien vestidas y con perros pequeños pero de raza ?
¿Qué pensará la nana que con la misma edad de las dos anteriores nunca pudo optar a ser más que la cuidadora de niños extraños ?

Puede ser muy básico cuestionar las desigualdades sociales, cosa tan aceptada y tan internalizada en nuestra sociedad , pero hay episodios muy pequeños y en muchas ocasiones involuntarios, que hacen que pasar de una de esas mujeres, al estado de la otra, es un abrir y un cerrar de ojos. La diferencia puede estar en el hecho de haber estudiado, en haber criado a tus hijos enseñándoles a ser exitosos a costa de lo que sea sin mediar consideraciones , o simplemente en haberse casado con el hombre adecuado a tus necesidades . Esto último, hace que me detenga en la gran cantidad de prejuicios existentes hacia ciertas féminas, provenientes,estos, desde su mismo género. Que fácil y frágil es el juicio desde la comodidad de ser mantenida .Que fácil es tratar de trepadora o prostituta a otra cuando la tarjeta de crédito la paga el trabajo del marido y no el propio. No son acaso peores aquellas que ceden la dignidad de mujer ,el espacio propio y la individualidad a cambio de un estado civil aceptado?....bueno me fuí del tema....
La mujer pobre , aquella que come del basurero , la mujer rica, aquella que pasea al perro con holgura y la nana que pasea el coche,son contemporáneas , han vivido diferentes vidas, siguieron diferentes caminos , a lo mejor la mujer pobre labró mal ,sin pensar en el futuro, y escribo esto porque siento que la línea es delgada , que es frágil la estabilidad, que es superficial la felicidad si no es desde el interior , y porque luego de escucharlas conversar amenamente a las tres juntas, no se si puedo asegurar, cual de las tres, fué más feliz .